El vidrio templado es un tipo de vidrio que, después de haber sido tratado y fabricado, se templa al horno según las necesidades a cubrir con este vidrio.
Para obtener un vidrio templado de calidad, se somete a varias fases de calentamiento y enfriamiento de modo que al final del proceso, sea al menos 4 o 5 veces más duro y resistente que el vidrio sin templar.
Está considerado un vidrio de seguridad por el Código Técnico de la Edificación (CTE). Esto se debe a que, cuando se rompe, toda la pieza se convierte en pequeños trozos granulares haciéndolo mucho más seguro, ya que no ocurre como en el vidrio normal, que al romperse lo hace en fragmentos afilados.